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miércoles, 20 de marzo de 2013

Liberalismo, Masonería y Socialismo: El Krausismo

El Krausismo

 Para el krausismo, la sociedad es un organismo, un conjunto de órganos ordenados sistemáticamente que constituyen y representan una unidad vital. De donde se deduce que la soliearidad es un factor sustancial en la sociedad humana, una solidaridad que se expresa mediante la cooperación pacífica de todos sus miembros para el cumplimiento de las distintas finalidades sociales.El organicismo krausista rechaza el automatismo social de raíz biologicista, defendiendo, en cambio, la libre iniciativa para transformar las instituciones
sociales, es por ello, por lo que el krausismo se inscribe dentro del liberal-republicanismo reformador.

Karl Christian Friedrich Krause 1781-1832
Pensador idealista alemán (Eisenberg, Sajonia, 1781 - Múnich, 1832). Fue discípulo de Fichte y Schelling en la Universidad de Jena; pero orientó su pensamiento hacia la crítica de sus maestros y de Hegel, intentando superar y completar la obra de Kant. En sus obras, como El ideal de la humanidad (1811), creó el panenteísmo así como una filosofía propia a la que denominó racionalismo armónico y que resulta extremadamente abstrusa y complicada; ello explica que, aunque Krause fue profesor en las universidades de Jena, Berlín, Gotinga y Múnich, su pensamiento ejerciera escasa influencia en Alemania.

La idea de Krause es la de la unidad de la Humanidad, cuya historia representaría un progreso continuo hacia la meta de la "Humanidad racional" o, lo que es lo mismo, una ascensión hacia Dios. Chocó con la Iglesia por la visión de un Dios abstracto y etéreo alejado de la humanidad que creó, es decir por la carencia de Fe de su mensaje, y por la negación de la Nueva Alianza a través de Cristo que supone. 

Contra la idea hegeliana del Estado, Krause defendió la superioridad moral de las asociaciones "de finalidad universal" como la familia o la nación, cuya federación voluntaria debía ir realizando ese ideal de la Humanidad unida.


Heinrich Ahrens 1808 - 1874
Fue discípulo de Carlos Cristián Krause de cuya escuela no se separó nunca.

Masón espiritualista y catedrático de filosofía en la Universidad Libre de Bruselas. La cual nació como réplica de la masonería a la Universidad Católica con sede en Malinas inaugurada por el episcopado belga. Las logias de Bélgica, Francia e Italia, países tan cercanos a España en cuestiones masónicas, crearon múltiples, y algunas sumamente importantes, instituciones de enseñanza. Aunque en principio todas nacieron dentro del espíritu de la denominada tercera vía educativa, igualmente se desviaron posteriormente hacia un laicismo educativo no siempre tan tolerante como teóricamente pretendían.

Su actividad política más destacada fué la participación como diputado en Hannover en la Asamblea Nacional que redactó una Constitución demoliberal y federal para la nación alemana. 

La aportación de Ahrens fué la creación de "una segunda cámara elegida por órdenes o intereses sociales" que hizo una corta aparición entre 1849 y 1855 en Hannover.

Humanista de amplio espectro su principal faceta fué la jurídica con varias obras fundamentales con lo que es seguro su conocimiento del pensamiento organicista de los juristas antes mencionados. Su "Filosofía del Derecho" difundida en todo el mundo, le catapultó en pocos años a un lugar privilegiado entre los filósofos de su tiempo. Hasta sus primeras obras se consideran magistrales.

Ahrens es la verdadera clave del krausismo español. La aparición del "Curso de Derecho Natural" en el ,madrid de 1841 abrió según Giner "grande horizonte a nuestros hombres, pensadores y científicos", fue el factor desencadenante y, luego, el dominante
En Ahrens no sólo está el origen histórico del krausismo español, sino también una fuente doctrinal de la máxima importancia, porque sus libros eran diáfanos como los de su discípulo Tiberghien, mientras que los de Krause eran muy oscuros, aunque no tanto como los anacolúticos y enmarañados de Sanz del Río. Quizá por ello desde el punto de vista genealógico y desde el afirmativo, sobre todo en las ciencias sociales, el krausismo español fue más un ahrensismo que otra cosa.

La básica aportación intelectual de Ahrens es una teoría "orgánica" del Derecho y del Estado fundada, como él proclama enfática y reiteradamente, en ideas de su maestro Krause; y, dentro de ella, se articula un esquema constitucional de democracia orgánica. La naturaleza en bloque es un "organismo en el cual todo, el centro y las partes, se determinan recíprocamente" Ahrens: Cours de Droit naturell, vol I, pag 134.

La sociedad es, a su vez, "un gran organismo que comprende un conjunto de sistemas y de organismos particulares"Ahrens: Cours de Droit naturell, vol I, pag 137.

Esos organismos particulares o esferas sociales son de dos tipos: los territoriales, cuyos miembros están afectados de modo general en su "personalidad entera", y los funcionales cuyos miembros están afectados sólo sectorialmente, o sea, en uno de sus fines principales. A la primera clase pertenecen la familia, el municipio, la región, la nación, la federación,y la humanidad. A la segunda especie pertenecen el orden jurídico, el religioso, el moral, el científico, el artístico, el educativo y el económico, que se subdivide en "agrícola, industrial y comercial" 

Estas series de ámbitos territoriales y funcionales se escalonan, yuxtaponen y solapan; pero los organiza  

"el Estado, que representa la unidad jurídica y política, mediante la cual todas las esferas sociales son unidas por el lazo del Derecho"
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol I, pag 293

Sin embargo no se trata de una coordinación absorvente y centralizadora, sino flexible y autonómica:  

 "La persona individual y la colectiva tienen una independencia relativa que ha de ser respetada en su existencia y en su actividad propias", 
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol I, pag 139.

y hay que garantizarles" una esfera de acción en la cual puedan moverse libremente y perseguir sus fines lícitos como juzguen conveniente. En esto consiste el principio de autogobierno aplicable a todas las esferas de la actividad humana.  

Consecuentemente, 

"El Estado no debe inmiscuirse jamás en la actividad que las diversas esferas ejercen para su fin propio" 
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol I, pag 145.

Por eso "La primera función del derecho es la que regula este principio de autonomía". Los cuerpos sociales intermediarios son, pues, primarios, y el Estado es subsidiarioEsta concepción orgánica de la sociedad y del Estado desemboca en una interpretación de la persona opuesta a la inorgánica y racionalista representada por Rousseau e incorporada por la Revolución francesa al esquema político demoliberal. Ahrens rechaza ese 

"sistema abstracto, individualista y atomista que se apoya en una noción abstracta del ciudadano realizada de modo idéntico en cada miembro de la comunidad política... porque no tiene en cuenta las relaciones reales, esenciales y permanentes que mantienen el orden social"
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 411-412.

Todo hombre está en una familia, un municipio, una región y una nación, y todo hombre se realiza en un ámbito jurídico, en una comunidad religiosa, y en una actividad científica, artística, pedagógica o económica. el ciudadano se inserta, pues, no solo en el Estado, sino también en varios círculos sociales a la vez.

Tales postulados conducen a la constitución de asambleas y consejos para los diferentes ámbitos y niveles y , finalmente a la Democracia Orgánica:  

"Es preciso que la unidad social más elevada esté constituida en el cuadro del Estado por una representación de la cual participen igualmente todos los órdenes"
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol I, pag 293.

Esa pluralidad de órdenes se agrupa en las dos clases antes citadas. La conclusión es obvia: puesto que "cada miembro del orden social tiene la doble calidad de miembro del orden político (territorial) y de miembro de un orden cultural (vocacional), estos dos caracteres han de tener una expresión paralela en el sistema de elección y de representación"
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 412.

Así es como Ahrens llega al bicameralismo, que es la fórmula  constitucional adecuada a una representación dual.

La asamblea de los intereses territoriales y generales será elegida por los representantes provinciales, designados a su vez por los municipales. La segunda cámara de los intereses profesionales estará compuesta por los representantes nombrados por cada sector cultural.

De este modo "cada persona ejercerá dos veces el derecho de elección, una en cuanto pertenece a una familia, un municipio y una provincia... y otra en cuanto forma parte de un orden de trabajo o de cultura social".
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 421-422.

 Contrariamente a la hipótesis russoniana, el censo electoral no se identifica con el demográfico porque cada ciudadano tiene una personalidad social polifacética en cuanto habitante de un lugar y en cuanto activo en uno o varios ámbitos. Es el voto plural y, en gran parte, indirecto frente al voto único y directo.

Este sistema contrasta con los comicios inorgánicos porque es 

"un sufragio universal no abstracto y confuso, sino organizado", 

y porque se funda en el "principio más organizado de cohesión, el de los grandes grupos de intereses por los cuales el hombre está ligado a la cultura común de una rama de trabajo social". 
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 419.

Y contrasta también con el régimen de partidos que  

"no es una institución, ni un instrumento para el autogobierno del pueblo ni para su verdadera libertad, sino para su dominación mediante diversas influencias que tienden a reemplazar su inteligencia y su razón" 
 Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 414.

y por ello llega a una conclusión revolucionaria:  

"Es preciso romper con todo sistema atomista explotado por las peores pasiones de los partidos" 
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 420.

El organicismo de Ahrens no es separatista ni expresamente federalista; es integrador y unitario. Considera a "la nación como persona moral en su unidad" y explica la necesaria correspondencia entre lo uno y lo vario: "Será verdaderamente orgánica la representación en que hallen lugar tanto la unidad de la nación y del orden jurídico como la diversidad y especialidad de las clases y sus intereses"
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol III, pag 337.

De ahí su monarquismo explícito: es "la monarquía , fundada en la historia de los pueblos civilizados de Europa, mantenida y consagrada por las costumbres y la adhesión de los pueblos, especialmente adecuada, por su posición eminente, para procurar el bien común, y que refleja la unidad, la permanencia y la conservación del Estado".
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol III, pag 339.

El organicismo de Ahrens no conduce al federalismo, sino a una serie de autonomías interconexas y jerarquizadas en una estructura unitaria.
Esta doctrina, aunque apoyada en Krause, es una construcción original. En dos ocasiones, Ahrens la reivindica celosamente como aportación propia: 

"Si se prescinde de las teorías  que tendían solamente a restaurar con algunas modificaciones los antiguos estamentos feudales (Müller, Jarke, Stahl y otros) creemos haber dado el primer impulso a esta clase de investigaciones".
Ahrens: Cours de Droit naturell, vol II, pag 419

Y, años después insiste: 

"Creo haber sido el primero de los escritores alemanes (ya antes lo hizo notar Sismondi) que ha expuesto en sus fundamentos, es decir, en la filosofía del Derecho, el principio de la representación de intereses",
Ahrens: Enciclopedia, voI III, pag 336

 que es, sin duda, la raíz conceptual de su teoría de la democracia orgánica aunque probablemente nunca la denominó así.

El primer gran teórico de la democracia orgánica es Ahrens, y de él son más o menos deudores cuantos le han sucedido. Así mismo él fue deudor del organicismo social anterior. 






La influencia del krausismo en la Universidad Libre de Bruselas, fue la doctrina oficial de la misma hasta 1860, decayó, tras fuertes convulsiones y luchas intestinas en el seno tanto de sus estudiantes como de su cuerpo docente, hasta casi desaparecer con la jubilación de Tiberghien en 1897. Desde entonces el positivismo pasó a dirigir ideológicamente la Universidad.

Guillaume Tiberghien

"Cuando entré en la Universidad como estudiante, tuve la dicha de encontrar como profesor de filosofía al profesor Ahrens, que era discípulo de Krause. Fuí marcado por el carácter elevado, completo y orgánico de la doctrina que me enseñaba. Más que un sistema filosófico era un ideal nuevo para la humanidad nueva. Independientemente de la verdad que buscaba, veía claramente que la doctrina de Krause se armonizaba con la misión de la Universidad de Bruselas, y que daba plena satisfacción a las aspiraciones de la sociedad contemporánea"







Robert Michels 1876-1936
La obra principal de Robert Michels es  Los partidos políticos. Un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna, publicada en 1911, que es un análisis de la dinámica evolutiva de
la organización interna del Partido Social-Demócrata alemán (SPD), al que el autor estuvo intensamente vinculado durante varios años. 
La obra tiene por objeto el estudio sociológico de la emergencia del liderazgo, la psicología del poder y las tendencias oligárquicas de la organización. 
En ella se encuentra toda su argumentación sobre la imposibilidad de un funcionamiento auténticamente demócratico de los partidos políticos de masas en las sociedades contemporáneas, por la vigencia en ellos de lo que denomina la ley de hierro de la oligarquía.
Su aguda crítica al funcionamiento antidemocrático de los partidos políticos, en general, y la pérdida de fe en el proletariado como clase revolucionaria, en concreto, le llevarán en definitiva a identificarse con el nacionalismo italiano y, por ende, con el fascismo de Benito Mussolini. Una transición ideológica radical, mucho más frecuente en tan convulsa coyuntura histórico-política delo que, en principio, pudiera pensarse.
La obra principal de Robert Michels es "Los partidos políticos. Un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna", publicada en 1911, que es un análisis sociológico de la dinámica evolutiva de la organización interna del Partido Social-Demócrata alemán (SPD), al que, como acabamos de ver, el autor estuvo intensamente vinculado durante varios años.

La obra tiene por objeto el estudio sociológico de la emergencia del liderazgo, la psicología del poder y las tendencias oligárquicas de la organización, que es, precisamente, el subtítulo de la edición inglesa de esta obra. En ella se encuentra toda su argumentación sobre la imposibilidad de un funcionamiento auténticamente demócratico de los partidos políticos de masas en las sociedades contemporáneas, por la vigencia en ellos de lo que denomina la ley de hierro de la oligarquía, que se concreta en la siguiente afirmación: 

"La ley sociólogica fundamental... puede formularse más o menos así: la organización es lo que da origen a la dominación de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegantes. Quien dice organización dice oligarquía."
Por una parte, Michels mantiene que la organización es el único medio existente para poder llevar a cabo una voluntad colectiva en la sociedad de masas; sin ella no existe la posibilidad de que una acción común llegue a alcanzar fines concretos, a no ser que se elijan los métodos adecuados para ello:
"La democracia no se concibe sin una organización y toda organización requiere una especialización en las tareas, una distinción entre los dirigentes y los dirigidos..... El principio de la organización es condición absolutamente esencial para la lucha política de masas."

Michels recoge de Weber la idea de que la sociedad contemporánea es la sociedad de las organizaciones, por lo que los grandes conglomerados humanos necesitan de una
determinada estructura organizativa para poder actuar en todas las esferas de la vida pública, política o social. Por consiguiente, la organización se convierte en el objeto de estudio central para comprender la naturaleza de estas sociedades. Si en ellas se encuentra como elemento necesario el surgimiento del liderazgo, es decir, de la dominación de la minoría, piensa Michels, se podrá demostrar definitivamente la imposibilidad de una forma de gobierno democrática dentro de tales organizaciones y, por extensión, en toda la sociedad. La elección del partido socialdemócrata alemán, que es el ejemplo que elige para probar su argumentación, obedece no sólo al profundo conocimiento que de él tiene el autor, sino también a su compleja evolución ideológica. Al mismo tiempo, Michels pretende negar la viabilidad del socialismo, puesto que en su obra, como en la corriente principal de la socialdemocracia, democracia y socialismo se encuentran indisolublemente unidos. El punto inicial de toda la argumentación se encuentra resumido en la siguiente afirmación:
"Toda representación partidaria representa un poder oligárquico fundado sobre una base democrática."

Las formas oligárquicas son consustanciales a toda organización, incluso a aquellas, como es el caso de los partidos socialistas democráticos, cuya sedicente razón de ser estriba precisamente en la superación de tales formas oligárquicas. Ello obedece, dice Michels, a dos tipos de causas: unas, psicológicas y otras, técnicas. Entre las causas psicológicas, apunta Michels que, en primer lugar, depende de la psicología de las masas, que son "constitucionalmente incapaces de gobernarse" y que adolecen de una inmadurez objetiva y de una incurable incompetencia. La masa necesita contar con líderes en los que apoyarse y anhela reconocer su superioridad. Por ello, la dominación de los líderes no es algo impuesto a las masas, sino que existe un alto grado de aceptación e incluso de necesidad por parte de éstas, lo que planteará considerables problemas para su recambio. 

Como más adelante lo hará uno de los fundadores de la prestigiosa Escuela de Frankfurt, el importante sociólogo alemán T.W. Adorno, Michels parece compartir la contundente y pesimista tesis del fundador del psicoanálisis, Sigmung Freud, respecto al funcionamiento de la psicología grupal.

Para Adorno “el grupo desea ser gobernado por una fuerza ilimitada, siente una pasión extrema por la autoridad; en expresión de Le Bon, tiene sed de obediencia. El padre primordial es el ideal del grupo y éste gobierna el ego en sustitución del ideal del ego.”

La masa es, además, esencialmente conservadora y por ello asegura más y más a la minoría dirigente en sus puestos directivos.

De ahí que Mosca se plantee problemas similares a los de Pareto en relación con la
circulación de las élites. En cuanto a la conformación de la minoría dirigente, señala
Michels que:

"Con la institución del liderazgo comienza, como consecuencia de lo prolongado de la función, la transformación de los líderes en una casta cerrada."

No existe, pues, un acceso consciente y deliberado al poder por parte de un grupo minoritario, oligárquico, dentro de la organización. En el caso de los partidos políticos, los miembros de la minoría acceden a posiciones de preeminencia al ser elegidos democráticamente por la mayoría. Es posteriormente cuando sufren un proceso de transformación psicológica que da lugar a a que la representación se convierta en concentración permanente del poder en manos
de esa minoría:

"Cuando en cualquier organización la oligarquía ha alcanzado un estado avanzado de desarrollo, los líderes comienzan a identificar consigo mismo, no sólo las instituciones partidarias, sino también la propiedad del partido. Este fenómeno es común tanto en el partido como en el Estado."

Las características psicológicas de los individuos que desempeñan puestos de liderazgo hacen que éstos tiendan a afianzarse en sus puestos, al tiempo que se produce una creciente confusión entre los fines de la organización y los de su propia supervivencia.
Como dice Michels:

"El burócrata se identifica completamente con la organización, y confunde sus propios intereses con los de ella. Toma toda crítica objetiva como una afrenta personal. Esta es la causa de la incapacidad evidente de todos los líderes partidarios para prestar una atención serena y justa a las críticas."


La transformación psicológica del liderazgo -un concepto que en Michels incluye no sólo a los líderes, sino también al aparato burocrático del partido- supone el fin evidente de toda posibilidad democrática dentro de la organización. Dicha transformación implica tanto el aumento de distancia que separa a los líderes de la masa, como también impone un sello conservador a las actuaciones de los primeros, lo que supone un inevitable deslizamiento hacia el reformismo de los partidos socialistas. Se produce, pues, una moderación paulatina de los objetivos políticos del partido que supone el fin de la senda revolucionaria y, en consecuencia, el fin de toda posibilidad práctica de triunfo del socialismo. 

Por otra parte, el hombre individual, según Michels,  
"...está abocado por naturaleza a ser guiado y a serlo tanto más cuanto que las funciones de la vida social se subdividen más y más."  
Además, los gobernados alimentan constantemente las tendencias autocráticas de los líderes, mediante el "culto a la veneración de los líderes" que practican y la gratitud política que manifiestan ante ellos. Por lo demás, la oligarquía es asimismo el resultado del "ansia de poder" que tienen los líderes. Michels parte del supuesto de que toda minoría actúa conforme a la lógica del auto-interés. Así, el interés personal de los líderes en conservar una posición de poder y privilegio les lleva a identificar sus propios fines personales con los fines de la organización, lo que produce no sólo la citada tendencia al conservadurismo, sino también a la desmovilización social y a la instrumentalización de la ideología de la organización en su propio beneficio. 
Para Michels está claro que las masas no se rebelan sin líderes. Pero los líderes, una vez que han tomado el poder con el apoyo del pueblo y en nombre del pueblo, se separan de él, se convierten en una casta relativamente cerrada y más preocupada por su propio ascenso social que por una verdadera transformación social. La lucha entre élites, por lo demás, nunca termina con la total derrota de una de ellas. Como el propio Michels señala:
"el resultado del proceso no es tanto una circulación de las élites -como sostiene Pareto-,
cuanto una reunión de las élites, una amalgama de élites." 
Resulta, por tanto, inútil aspirar, con Marx, a una eliminación de las desigualdades sociales, ya que en el mismo proceso revolucionario que supuestamente conduciría a su eliminación, se generan las causas de nuevas y trascendentes desigualdades, que impedirán realizar en la práctica tales cambios. Puesto que el surgimiento de nuevos líderes hace degenerar al movimiento socialista en un nuevo sistema de desigualdades, una vez que se ha accedido al poder y se ha instaurado la nueva casta de burócratas. 
Pocos años después de la publicación de esta obra, tenía lugar la Gran Revolución de Octubre de 1917. Su propia evolución iba a ser la mejor prueba de la validez de las afirmaciones de Michels. Como advierte el llamado "testamento político de Lenin", hecho público por Kruschov en su Informe al XX Congreso del PCUS en 1956, que es una extensa carta dictada por el máximo líder soviético a sus secretarias poco antes de su muerte, en 1922, y que consiguió eludir la férrea censura estalinista de la época, el PCUS estaba ya completamente burocratizado en esa fecha y en vías de imponerse férreamente a la sociedad con el estalinismo, en lugar de estar completamente a su servicio.




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